Ocho falsedades de la doctora Patricia Callisperis en una entrevista que fue transmitida por televisión y se volvió viral
Por Lucas Illanes
La doctora Patricia Callisperis fue entrevistada en el programa “La noche con Roger Romay” que se difunde en la cadena televisiva de Santa Cruz SNTV, para que explique su posición ante las campañas de vacunación, pues aconseja a la población no vacunarse.
El video, además de haber sido emitido por televisión, se difunde a través de Facebook, cuenta con más 315 mil reproducciones y se compartió más de 11 mil veces. ChequeaBolivia hizo seguimiento a la entrevista e identificó que Callisperis difundió afirmaciones falsas.
¿Quién es Patricia Callisperis?
“Soy traumatóloga pediatra, me gustaría hablar con un epidemiólogo”, menciona en la entrevista.
Callisperis figura en el portal web del Colegio Médico de la Paz con la especialidad de Ortopedia y Traumatología.
En junio, el equipo de verificación detectó un texto que se reenviaba por WhatsApp con información falsa que dirigía a un enlace de un “estudio científico” que “demuestra” que el dióxido de cloro cura la COVID-19. El documento presenta varias fallas y fue publicado en una revista “depredadora”, es decir una que realiza publicaciones fraudulentas. Callisperis es una de las autoras de este “estudio”.
(*) Sobre este documento, Callisperis explicó a ChequeaBolivia que “Bolivia se retiró de este estudio científico”. Adicionalmente, envió un comunicado firmado por médicos bolivianos, quienes figuran como autores, que indica lo siguiente: “El artículo ha sido publicado sin nuestro permiso explícito, figurando como autores a pesar de no haber dado nuestra aprobación al manuscrito final. Dicho manuscrito posee multitud de imprecisiones que lo hacen impropio de una publicación de calidad”.
(*) A pesar de esto, Callisperis aclaró que no estaba negando la efectividad del dióxido de cloro para el Covid-19, pero está en desacuerdo con el estudio publicado sin su autorización.
También figura como expositora en un ciclo de conferencias de la Escuela Militar de Ingeniería (EMI) que promueve el dióxido de cloro con el alemán Andreas Kalcker, quien se autodenomina como científico y tiene una asociación con el nombre de fantasía LVWG.
De acuerdo a una investigación disponible en Chequeado, este alemán “ofrece membresías desde 369 francos suizos (algo así como 335 euros) y que dice promover difusas investigaciones con oxidantes de alta pureza para una infinidad de enfermedades”.
(*) Sobre este publicación, Callisperis dijo a ChequeaBolivia que este este ciclo de conferencias programados para marzo de este año se canceló. “En realidad nosotros queríamos colocar en un ámbito científico puro, no en un ámbito de farándula. Infelizmente él no ha entendido eso cuando vino acá en Bolivia (…) Él ha dado la espalda a todos los médicos Bolivianos, si ustedes se fijan en ninguna de las entrevistas ha estado con ningún médico boliviano, no solo yo, ninguno”, agregó.
(*) Tras una revisión a la página de Facebook de la EMI, se puede encontrar una transmisión en vivo sobre una conferencia de prensa del 25 de marzo del 2021, fecha en la que anuncia el ciclo de conferencias en La Paz. En esta aparece Kalcker, pero no Callisperis.
(*) Sin embargo, Callisperis promociona el uso del dióxido de cloro en otra conferencia virtual de junio de 2020 en el que también aparece Kalcker.
Videos donde aparece la doctora se viralizaron el año pasado y sus afirmaciones han sido desmentidas anteriormente por verificadoras, como AFP Factual.
Es falso que las vacunas contra la contra la Covid-19 “no son vacunas” porque no contienen un virus atenuado y no se sabe de qué está compuesta
Durante el programa se escucha a Callisperis mencionar: “No permitas bajo ningún criterio que te pongan esa inoculación que no es una vacuna”. Ante esto, el periodista consultó qué quiere decir con esta afirmación. A lo que la doctora respondió: “Yo creo que el cuestionar la ciencia no es malo (…) ¿Las personas saben exactamente qué es? ¿De qué está compuesta? Porque nosotros tenemos la idea de la vacuna como un virus vivo atenuado que nos inoculan para que tu sistema inmune comience a reconocerlo”.
Consultada por ChequeaBolivia, la doctora especializada en Inmunología y docente en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Natalia Núñez del Prado, explicó que “una vacuna es un preparado que contiene, entre varios componentes, un microorganismo modificado o un antígeno frente a la que nosotros queremos generar una respuesta inmunológica para evitar enfermedades”.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de los EE.UU. explica que hay distintos tipos de vacunas.
Entre las más comunes, están aquellas que contienen una forma viva, pero debilitada (o atenuada) del microorganismo que causa una enfermedad. Ninguna de las vacunas contra la COVID-19 disponibles en Bolivia usa esta tecnología, aunque se usan para otras enfermedades como el sarampión, la viruela, la fiebre amarilla.
Las vacunas inactivadas utilizan la “versión muerta del germen que causa una enfermedad”, indica el HHS. Es el caso de la vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollada por Sinopharm y también aquellas que sirven para la hepatitis, la rabia y la gripe.
Núñez afirmó que las vacunas también usan antígenos, es decir solamente una parte del microorganismo.
El inmunizante desarrollado por Janssen (Johnson & Johnson) es una vacuna que expresa el antígeno Spike del SARS-CoV-2, en otro virus llamado Adenovirus 26 que es incapaz de replicarse.
Otras vacunas son aquellas de ARN mensajero que, de acuerdo a los Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de los EE.UU. enseñan “a nuestras células a producir una proteína, o incluso solo una porción de una proteína, que desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo”. Este es el caso de las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech, que llegaron a Bolivia bajo el mecanismo Covax, y Moderna.
“Las vacunas son de muchos tipos hace mucho tiempo que utilizamos muchos tipos de vacunas que sólo contienen el antígeno y no solamente las que contienen el virus atenuado (…) todas son vacunas. Por tanto, sería incorrecto decir que no son vacunas”, puntualizó la inmunóloga Núñez del Prado.
Frente a la pregunta de Callisperis sobre si las personas saben realmente cuál es la composición de las vacunas, cabe aclarar que esta información es pública. Por ejemplo, la composición de las vacunas que cuenta Bolivia como ser la Sputnik V, y las desarrollados por Sinopharm, Pfizer/BioNTech, Janssen y Astrazenca/Oxford; están disponibles aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
Las vacunas no cambian a los seres humanos y no modifican el ADN
Callisperis incita a las personas a no vacunarse afirmando lo siguiente: “No permitas que nos cambien como seres humanos, no permitas que modifiquen la humanidad (…) yo estoy contra esta vacuna de COVID porque las transmutaciones genéticas no han sido aprobadas”.
Esta información es falsa y se trata de unas de las teorías más famosas y falsas acerca de las vacunas. No hay manera que las vacunas modifiquen el ADN. Este tipo de información se relaciona mayormente con las vacunas de ARN mensajero, como la de Pfizer/BioNTech.
El CDC explica en su página web cómo funcionan. Estas se caracterizan por dar instrucciones a las células para que produzcan una porción inocua de lo que se conoce como "proteína Spike" que está presente en la superficie del virus que causa la COVID-19.
Después de la inyección, las células las usan para producir una porción esta proteína haciendo que el sistema inmunitario la reconozca como un cuerpo extraño y se comienza a generar una respuesta inmunitaria y producir anticuerpos.
El profesor del grupo de la Alianza para la Ciencia de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, Mark Lynas, explicó en mayo a Reuters que: “La modificación genética implicaría la inserción deliberada de ADN ajeno en el núcleo de una célula humana, y las vacunas sencillamente no hacen eso”.
Sobre esto, Núñez consideró que las vacunas no pueden desencadenar mutaciones. “Las mutaciones genéticas se producen por otros motivos, por temas como la radiación y el consumo de algunos tóxicos o incluso a veces en el organismo pueden ocurrir mutaciones genéticas, pero las vacunas no producen estas mutaciones porque lo único que hacen es estimular una respuesta en el sistema inmunológico”.La información oficial de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anuncia que el ARN mensajero nunca entra en el núcleo de la célula, donde se encuentra nuestro ADN y esta tecnología tiene otros
tratamiento habitual contra el cáncer. Si bien este tipo de vacunas son nuevas, no son desconocidas porque “los investigadores han estado estudiándolas y trabajando con ellas por décadas para combatir otras enfermedades como la gripe estacional (influenza) y el Zika” (1 y 2).
Desde ChequeaBolivia también se desmintió anteriormente información falsa sobre las transmutaciones genéticas, pues circularon audios y videos en WhatsApp afirmando que las vacunas contra la COVID-19 están “provocando que la gente se vuelva animal para que coma humanos”. El equipo de verificación también explicó que las vacunas que usan adenovirus no cambian el genoma humano.
No es verdad que las vacunas contra la COVID-19 son experimentales
Durante la entrevista, Callisperis asegura que las personas que están siendo vacunadas son parte de un “experimento que está todavía en una fase III”.
La docente investigadora y master en ciencias en Epidemiologia Clínica asociada al Instituto de Investigaciones Biomédicas IIBISMED de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Ángela Zambrana, indicó a ChequeaBolivia que “todas las vacunas tienen que pasar la fase III del ensayo clínico para su aprobación y utilización”.
The Conversation, un portal web que ofrece análisis escritos por la comunidad académica e investigadora compuesta por expertos, aclara que las vacunas aprobadas “han pasado todo el proceso normal en el desarrollo de una vacuna, incluyendo una fase experimental preclínica en animales y las distintas fases clínicas I, II, y III”.
Se debe aclarar que después de pasar por estas tres fases, las vacunas se siguen estudiando. Como lo explica Maldita.es, una verificadora de España, la fase 4 “es la última fase de experimentación clínica y ocurre cuando está la vacuna ya comercializada y se usa a gran escala, el objetivo de esta fase es monitorizar los efectos secundarios del fármaco, sobre todo los más raros”.
La OMS ofrece los resultados de distintas fases de ensayos clínicos de las vacunas contra la COVID-19 en su página web. Las vacunas usadas en Bolivia ya cuentan con datos sobre su eficacia y seguridad, por lo tanto ya no son experimentales.
Por su parte, Núñez consideró: “De ninguna manera podemos decir que son experimentales porque son vacunas que previamente ya habían cumplido ciertos requisitos”.
(*) Callisperis afirmó a ChequeaBolivia: “Estas vacunas están en una fase experimental, ninguna de ellas ha sido aprobada”. Para esto, se basó en un documento de la OPS que titula: “Preguntas frecuentes sobre las vacunas experimentales contra la COVID-19 y los mecanismos de acceso” del 6 de enero del 2021.
(*) A pesar de esto, la OPS aclara que sus contenidos se actualizan “a medida que se dispone de más información”. De acuerdo a información actualizada hasta agosto, la OPS explica que hay dos maneras de autorización de una vacuna: la autorización por una autoridad regulatoria nacional y la inclusión en la lista de la OMS para uso de emergencia.
Este último se trata de un procedimiento basado en los riesgos para evaluar vacunas, tratamientos y medios de diagnóstico in vitro para los cuales no se hayan expedido licencias e incluirlos en la lista con la finalidad de acelerar la disponibilidad de estos productos para las personas afectadas por una emergencia de salud pública.
(*) La autorización para uso de emergencia de la OMS conlleva “una evaluación rigurosa de los datos de los ensayos clínicos de fase II y fase III, así como muchos otros datos relativos a la seguridad, la eficacia y la calidad de la fabricación”.
(*) Finalmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el pasado 23 de agosto la primera vacuna contra el Covid-19, la desarrollada por Pfizer/BioNTech. Esta vacuna ya estaba autorizada en uso de emergencia desde diciembre del año pasado. Ahora, la vacuna se aprobó tras una evaluación con requisitos muy específicos que requieren más tiempo porque se someten a un proceso estándar.
(*) Callisperis considera que las vacunas deben estar plenamente aprobadas para poder inyectar a la gente. Esto representa una mayor espera para la aplicación de vacunas en un contexto de emergencia sanitaria y de pandemia.
Es falso que el Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas (VAERS) de EE.UU. registra a más de 10 mil fallecidos a causa de la vacunación
“Si ustedes ingresan al VAERS que es justamente el sistema donde se comienzan a registrar todos los efectos secundarios que están ocurriendo con las vacunas (…) si ingresamos ahí, vamos a ver que hay más de más de 10 mil fallecidos, hay alteraciones neurológicas, hay enfermedades, hay alergias, se están despertando nuevos nuevas enfermedades autoinmunes”, declara Callisperis.
A través de una revisión a la página web del VAERS, se comprueba que es un sistema de alerta temprana para detectar posibles problemas de seguridad en las vacunas autorizadas en los EE.UU. con información que cualquier persona puede enviar.
“VAERS no está diseñado para determinar si una vacuna causó un problema de salud, pero es especialmente útil para detectar patrones inusuales o inesperados de notificación de eventos adversos que podrían indicar un posible problema de seguridad con una vacuna”, se especifica.
La Administración de Medicinas y Alimentos de EE.UU. (FDA) que supervisa el VAERS advierte : “(El sistema) no puede comprobar si una vacuna fue o no fue la causante de un problema. De hecho, muchos de los problemas que se reportan a VAERS no fueron causados por vacunas. A veces las personas vacunadas se enferman de casualidad por otras razones, por ejemplo: les da un dolor de estómago, un resfriado o una gripe que nada tiene que ver con la vacuna”.
Es falso que nuestro sistema inmune ya está preparado para la enfermedad porque la COVID-19 ya existía
La traumatóloga pediatra también aseguró: “El COVID ya existía en nuestro sistema inmune, ya lo ha reconocido como enfermedad (…) nuestros sistemas inmunes ya están preparados para defendernos de esta enfermedad”.
Como lo explica The Conversation, el tema sobre el origen del virus Sars-Cov-2 que provoca la enfermedad COVID-19 está en proceso de investigación.
“Disponemos de la declaración de 27 casos de neumonía de causa desconocida por los servicios sanitarios de Wuhan el 31 de diciembre de 2019, con aparición de síntomas el 7 de ese mismo mes. Ahora sabemos que el periodo de latencia presintomática de la COVID-19 es de unas dos semanas, por lo que nos podemos aventurar a situarlo en noviembre de 2019”, señala uno de sus artículos.
“Ya en marzo de 2020 se aventuraba que el primer caso podía haber surgido en la provincia de Hubei el día 17 de noviembre de 2019”, continúa.
Los registros oficiales hasta el momento indican que la enfermedad de COVID-19 apareció en noviembre de 2019.
A pesar de todo esto, se debe aclarar que los coronavirus ya existían. Desde la BBC se explica: “Los coronavirus son una extensa y antigua familia de virus, y el SARS-CoV-2 es la última incorporación”.
“De hecho el virus que produce el resfrío común es un coronavirus pero no es igual al Sars-Cov-2 produce una sintomatología tan grave”, aclara Núñez.
Debido a esta nueva enfermedad a nivel mundial, desde el inicio de la pandemia se registran hasta la fecha más de cuatro millones de personas fallecidas y más de 196 millones de casos positivos haciendo que hospitales de diferentes países, incluidos los de Bolivia, colapsen.
Zambrana cuestionó esta afirmación. “Si nuestro sistema inmune hubiera estado preparado, no hubiéramos llegado a que esto se descontrole”, dijo.
El miércoles 28 de julio 2021, el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia reportó que ese día 38 personas murieron a causa de la COVID-19 acumulando así en territorio nacional un total de más de 17 mil muertos desde el inicio de la pandemia.
Es falso que “los riesgos de la vacuna son superiores a los beneficios”
Expertos en distintas áreas de universidades e institutos de investigaciones de diferentes partes del mundo desmintieron esta información en enero de este año en una “Guía de para desmentir 24 bulos de la vacuna” publicada en The Conversation.
“El beneficio de la vacuna supera con creces el riesgo de tener algún efecto adverso. La probabilidad de que nos infectemos con el virus contagiando a otros, enfermemos y desarrollemos síntomas graves de la COVID-19, llegando incluso a fallecer, es mayor que los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna”, se concluye en el artículo.
Por ejemplo, EEUU notificó el 12 de julio de un posible vínculo entre la vacuna contra la COVID-19 de Janssen, y el síndrome de Guillain-Barré, en el que el sistema inmune ataca los nervios.
De acuerdo al medio especializado Salud Con Lupa: “La decisión llega después de que se detectaron 100 posibles casos del síndrome entre los 12.8 millones de personas que han recibido la vacuna de Janssen en Estados Unidos, es decir, que afectó al 0,0007 % del total”.
Por su parte, Núñez afirmó: “Toda vacuna tiene un riesgo, pero esos riesgos son mínimos comparados con los beneficios que esto conlleva”.
Según El Deber, la viceministra de Seguros de Salud y Gestión del Sistema Único de Salud, Alejandra Hidalgo, se refirió a los beneficios de la vacunación en Bolivia de la siguiente manera: “Existe un bajo porcentaje de las personas que fueron vacunadas que ingresa a las UTI (Unidades de Terapia Intensiva), y esto ya está demostrado; todos los pacientes que han ingresado al área de terapia intensiva son personas que no recibieron ninguna vacuna”.
La Universidad de Almería (UAL) de España no encontró óxido de grafeno en las vacunas
Conforme a Callisperis: “La Universidad de Almería de España han hecho el análisis del contenido de una de las vacunas, han visto que había óxido de grafeno”. Es información falsa y fue rectifica por verificadoras españolas.
Maldita.es explica se difundió en redes sociales y en webs un supuesto informe que se utiliza para sostener que las vacunas de Pfizer/BioNTech contienen grafeno.
Pero, este no es un informe de la Universidad de Almería (UAL), pues el documento fue realizado por un profesor de la UAL, Pablo Campra Madrid, el cual no es un informe oficial de la universidad, ni es un estudio publicado en una revista científica y tampoco ha sido revisado por pares.
La UAL difundió un comunicado aclarando: “Es rotundamente falso que la Universidad de Almería haya realizado un estudio científico con los resultados que están siendo publicados por esos medios que, por otra parte, están tergiversando el contenido de un informe no oficial de un profesor de la Universidad sobre un análisis de una muestra de origen desconocido con ausencia total de trazabilidad. Informe que esta universidad ni suscribe ni comparte, como el propio informe advierte”.
?Comunicado de la Universidad de Almería en relación con las falsas informaciones difundidas en algunas redes sociales y blogs. pic.twitter.com/Rx6ayF35eI
— Universidad de Almería (@ualmeria) July 2, 2021
Según Newtral, el escrito se titula “Detección de óxido de grafeno en suspensión acuosa (Cominarty)” y fue publicado el pasado 28 de junio. La verificadora también explica: “El autor reconoce que le llegó un vial por servicio de “mensajería”, pero que desconoce su trazabilidad. Asimismo, aclara que quien le hizo llegar este supuesto vial es Ricardo Delgado Martín, quien difunde contenidos antivacunas”.
Es falso que la vacuna “está por demás” en personas que ya superaron la enfermedad
Ante una pregunta del periodista sobre este tema, Callisperis aseguró: “¿Para qué si ya tienes los anticuerpos? Se supone que la vacuna es justamente para que tu cuerpo comience a reconocer la infección provocada por un agente que tu cuerpo no lo conoce, pero si tú ya has tenido el COVID y tu sistema inmunológico ha sabido defenderse, entonces definitivamente está por demás la vacuna”. Esta afirmación es falsa.
“No está de más vacunarse en esos casos porque lo que se ha visto es que las personas que cursan con COVID-19 se pueden volver a infectar. Sabemos que el riesgo de infectarse puede ser en algunos casos fatales, por tanto no podemos esperar exponernos a una infección para quedar inmunizados”, aseguró la especialista en Inmunología, Natalia Núñez, a ChequeaBolivia.
En Bolivia se registraron víctimas fatales por una segunda infección. El entonces secretario de Salud y Políticas Sociales de la Gobernación de Santa Cruz y uno de los líderes más reconocidos que trabajaron para contener la pandemia, Óscar Urenda, falleció en julio 2020, cuando no había vacunas aprobadas, a pesar de haber superado la enfermedad en una ocasión.
Además, los primeros estudios preliminares, que analizan la vacunación a personas que ya han cursado la enfermedad, es beneficiosa.
Un estudio desarrollado en el Centro Médico de la Universidad de Maryland de EE.UU. comparó los niveles de anticuerpos entre personas vacunadas con dos dosis de vacunas con tecnología ARN mensajero y otras que se contagiaron anteriormente y recibieron una sola dosis. Se reportó que los niveles de anticuerpos de las personas que ya enfermaron y recibieron una dosis son más altos en comparación con el otro grupo.
Otro estudio similar realizado por la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí en Nueva York trabajó con 109 participantes. Las personas anteriormente infectadas generaron entre 10 y 20 veces más anticuerpos neutralizantes del coronavirus.
La OPS aseguró a EFE que “la vacunación contra la COVID-19 puede realizarse independientemente de los antecedentes de infección sintomática o asintomática por SARS-CoV-2.
(*)ChequeaBolivia incluye las respuestas de Patricia Callisperis que fueron tomadas en cuenta a partir de una videollamada del pasado 9 de agosto.
Adicionalmente, envió una serie de documentos, audios, textos y fotografías que servirían como evidencia para refutar las frases verificadas.
ChequeaBolivia revisó estos contenidos. Los documentos enviados son reportes de efectos adversos aislados sobre las vacunas contra el Covid-19. Anteriormente, se explica que una mínima cantidad de personas pueden sufrir de esos efectos y por eso los benéficos son mayores que los riesgos.
También envió un audio en el que se escucha que el dióxido de cloro puede revertir el efecto magnético de las vacunas. Este hecho es falso y fue verificado anteriormente por ChequeaBolivia.
Mandó un artículo de la revista The Lancet que se tergiversa para transmitir información falsa y que fue verificada por la verificadora de España Newtral.
Remitió el documento realizado por un profesor de la UAL, Pablo Campra Madrid, cuya información fue desmentida por verificadores de España, como se explica con más detalles anteriomente.
El equipo de verificación concluyó que los contenidos enviados por Callisperis no constituyen elementos sólidos para la asignación de una nueva categoría a las frases verificadas por ChequeaBolivia, las cuales se basaron en evidencia verificable a través de hipervínculos y explicaciones de expertos.
Fuentes:
Entrevista recabada de una transmisión en vivo dirigida por el Roger Romay
Doctora especializada en Inmunología y docente en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Natalia Núñez del Prado
Docente investigadora y master en ciencias en Epidemiologia Clínica asociada del Instituto de Investigaciones Biomedicas IIBISMED de la UMSS, Ángela Zamabra.
Tipos de vacunas, recabado del Departamento Salud y Servicios Humanos (HHS) de los EE.UU.
Información para entender cómo actúan las vacunas de ARNm contra el COVID-19
Composición de las vacunas contra el Covid-19 disponibles en Bolivia: Sputnik V, Sinopharm, Pfizer/BioNTech, Janssen y Astrazenca/Oxford
Información sobre las vacunas ARN mensajero recabada de la OPS (1 y 2)
Guía para desmentir 24 bulos sobre la vacuna de COVID-19 de The Conversation
Rastreador de vacunas de la OMS
¿Podemos saber cuándo surgió el primer caso de covid-19? recadado de The Conversation
Covid DashBoard de la Universidad de la Universidad de Johns Hopkins
Verificaciones sobre el óxido de grafeno Maldita.es y Newtral
Reporte sobre fallecimiento de Óscar Urenda rebabado de ANF
Estudio desarrollado en el Centro Médico de la Universidad de Maryland de EE.UU.
Estudio de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí en Nueva York
Tendencia Política
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