Bolivianos implicados en un mensaje viral de WhatsApp que llegó hasta España y Argentina: Es falso que un “estudio científico” demostró que el dióxido de cloro cura el COVID-19
En WhatsApp se reenvía un mensaje afirmando que “el dióxido de cloro cura la COVID en el 100% de los casos” y va acompañado de un documento que mostraría los resultados de un “estudio científico”. ¿Qué autores bolivianos figuran como autores? ¿Qué errores presenta el estudio? ¿Qué opinan los expertos sobre el documento? ¿Qué significa que se haya publicado en una revista “depredadora”? ChequeaBolivia se refiere al tema en su sección #LoQueSabemos para brindar más detalles.
El mensaje circuló en Argentina y España, algunos autores son de Bolivia
El texto fue difundido en varios países, pues verificadoras como Chequeado de Argentina y Newtral de España, calificaron de falsa la información del estudio cuestionado. ChequeaBolivia también informó en una verificación que el dióxido no cura el coronavirus.
Una vez viralizado, también fue analizado por dos investigadores del laboratorio de Biología Molecular de Bacterias Patógenas de la República Checa, Kevin Navarrete y Tania Romero, quienes encontraron al menos cinco errores en el escrito y los explicaron en The Convertation en abril de este año.
El autor principal del estudio investigado es Eduardo Insignares-Carrione y se presenta en el artículo como “director de investigaciones globales” del Liechtensteiner Verein für Wissenschaft und Gesundhei o LVWG (Asociación de Liechtenstein para la Ciencia en la Salud en alemán), en Liechtenstein.
Según la investigación de Chequeado, la LVWG es el nombre de fantasía de una asociación del autodenominado científico Andreas Kalcker, un alemán que promueve el uso del dióxido de cloro, que “ofrece membresías desde 369 francos suizos (algo así como 335 euros) y que dice promover difusas investigaciones con oxidantes de alta pureza para una infinidad de enfermedades”.
El documento que se reenvía dirige a un archivo en Google Drive y muestra a siete autores, cuatro de ellos de Bolivia: “Patricia Callisperis, Suxo Ana Maria, Arturo Bernardo Ajata San Martín y Camila Ostria Gonzales”.
ChequeaBolivia verificó que los cuatro figuran como afiliados del Colegio Médico Departamental de La Paz. Según información disponible en la página web de esta entidad Suxo y Ostria tienen especialidad en “medicina general”, Ajata en “medicina interna” y Callisperis en “ortopedia y traumatología”.
No es la primera vez que Patricia Callisperis difunde información falsa pues sus afirmaciones respecto del consumo de dióxido de cloro han sido verificadas como falsas por el medio de verificación AFP Factual.
Los errores del “artículo científico”
En el documento además hay errores ortográficos. También se observa errores geográficos, pues la residencia de los cuatro autores bolivianos es “La Paz, Bolivia, España”.
En cuanto a los errores metodológicos Navarrete y Romero explicaron lo siguiente:
El estudio no indica haber administrado a un grupo control, personas que hacen parte de la investigación y que no reciben dióxido de cloro en este caso, una sustancia sin valor terapéutico. Esto se hace para que los posibles efectos encontrados por el tratamiento no sean producto de un efecto placebo. Es decir, para asegurarse que las expectativas positivas que tiene un enfermo influyan en su mejora y no se deba al tratamiento experimentado.
Otro procedimiento que se debe seguir para que el estudio sea válido, y no se especifica en el documento, es asegurar que ni los investigadores ni los pacientes sepan que están recibiendo dióxido de cloro para evitar el efecto placebo.
Los autores explican en el documento que los pacientes recibieron “instrucciones escritas precisas sobre cómo preparar, beber y conservar diluciones”. Es decir, que los investigadores “no verificaron que los pacientes consumieran el dióxido de cloro ni que lo hubieran preparado correctamente”.
Además, “no se determinó la carga viral por costos, dificultades técnicas y logísticas de los laboratorios”. O sea, el estudio no reporta el estado de la enfermedad con la carga viral. Se evaluó la situación de los pacientes preguntando cuánto dolor sienten.
La revista está disponible en el sitio web Hilaris, una compañía cuyas publicaciones de acceso abierto se encuentran en listados de presuntas revistas “depredadoras” o predatory journals en Beall’s List.
Las revistas “depredadoras” realizan publicaciones fraudulentas, antítesis de la calidad científica, que se han multiplicado en los últimos años como consecuencia negativa de la digitalización
Finalmente, la inmunóloga del Instituto de Filosofía (IFS-CSIC) de España, Matilde Cañelles, tras revisar el supuesto estudio dijo a Newtral: “Nunca se hubiera podido publicar en una revista seria. Dudo que el artículo haya sido revisado realmente por algún científico”.
“Todo indicaría que nadie fuera de los autores revisó el artículo y que, si alguien lo hizo, fue de manera muy superficial”, explicó a Chequeado el médico toxicólogo Sergio Saracco, titular de la Cátedra de Toxicología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Mendoza y presidente de la Asociación Toxicológica Argentina.
Fuentes:
Kevin Navarrete y Tania Romero disponible en The Convertation
Información disponible en la página web del Colegio Médico Departamental de La Paz
Revisión al sitio web Hilaris en Beall’s List
Inmunóloga del Instituto de Filosofía (IFS-CSIC) de España, Matilde Cañelles citada por Newtral
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