En el tema de las adicciones, hay pocas cosas tan desafiantes para la ciencia como explorar los efectos a la salud del uso del cigarrillo electrónico, o vapeador. A diferencia de una cerveza o un cigarro tradicional, de los que se conocen bien las sustancias que tiene cada unidad, en el caso del vapeador lo que se tiene es… incertidumbre.
“Me han explicado que vapear hace menos daño que fumar”, suele ser la respuesta de varias personas que usan cigarrillos electrónicos cuando se les consulta las razones por las que consumen estos productos. A menudo, repiten un argumento que organizaciones que promueven los cigarrillos electrónicos y empresas que los venden difunden haciendo referencia a un estudio que concluyó que “vapear es 95% menos dañino que fumar”.